ÚRSULA BASSET: “ES MUY PRONTO PARA UNA REFORMA DEL CÓDIGO CIVIL Y COMERCIAL”

El viernes 12 y sábado 13 de abril se desarrolló la 7ma clase de la “Diplomatura sobre persona, familia y sucesiones” organizada por el CPACR y la Universidad Austral, el eje de la clase fueron los Fundamentos de las relaciones de familia, expuesto por la Dra. Úrsula Basset especialista en el área de familia y redactora del CCyC, que rige en Argentina desde agosto de 2015.

Teniendo en cuenta el conocimiento sobre los cambios en el Código y la experiencia de los profesionales que asisten a la Diplomatura, tanto en el ámbito de la justicia como en otros, la abogada trabajó con los presentes sobre la profundización de los temas, con el fin de constatar el dato jurídico con el dato sociológico y de allí pensar qué cambios serían necesarios, teniendo en cuenta las diversas familias que existen en el país. “En el Código están el matrimonio, la unión convivencial pero son muy poquititas no están los muchos rostros que nos ofrece la Argentina. Por eso aprovechamos la oportunidad para partir de un diagnóstico de la familia en la sociedad actual argentina, pensando un poco en los problemas de la sociedad profunda, no solamente en lo que nos presentan los medios como dilema de familia, que no solamente tiene que ver con los nuevos avances de reproducción humana asistida, la maternidad subrogada, los derechos derivados de la multiplicidad de géneros y todo lo demás” expresó la abogada.

Pensar la familia profunda para la Dra. Basset significa pensar en las cientos de miles de familias del país que atraviesan situaciones como la fragilización vincular, los niños, las niñas y los adolescentes que están sin cuidados parentales, aquellos que sufren el hacinamiento, la pobreza, las familias indígenas y sus costumbres, y su recepción en el Código. De esta forma la abogada abrió un abanico de debates durante ambas jornadas en la sede social del CPACR, analizando la pluralidad de rostros de las familias y de cómo se manifiestan las distintas áreas del país, dado que las pautas culturales en argentina son divergentes en cada región. “No es lo mismo el norte que el sur, ni el litoral, ni la familia urbana que la familia rural, entonces diversificar la mirada y junto con eso ver un poco los nuevos horizontes y los nuevos debates que se plantean, tanto para el derecho argentino como los desafíos que se ven en el derecho comparado, es un debate que se globaliza” definió la abogada.

A tres años de la puesta en vigencia de CCyC: “La gente desconoce el Código”

La abogada Úrsula Basset reveló que en la actualidad a más de 3 años de puesta en vigencia del CCyC, observa un cierto desconcierto en la sociedad. Durante las horas de debate, los operadores jurídicos presentes expresaron que todavía hay desconcierto sobre la extensión de los derechos que propone el Código. “Hay muchos cambios que la gente aún no término de entender en qué consisten, eso por el lado de la gente común que no es abogada y que no está interiorizada en el Código. Y por otra parte, la segunda cosa que hemos notado es que lejos de ser un Código que esté cerrado, es un Código que se está escribiendo hoy, en el sentido de que tiene tantas disposiciones que son de contenido abierto, tantas disposiciones que a lo mejor todavía hubieran requerido un pulido adicional, tantas disposiciones que tienen algunas cuestiones que habrían que corregir” comentó. Asimismo, indicó la importancia de seguir capacitándose, en este momento donde el Código está en constante escritura, complementando el trabajo de la jurisprudencia con la doctrina, como sucedió con el Código de Vélez.

Para contrarrestar el desconcierto y el desconocimiento de la sociedad sobre lo que dice el CCyC la abogada manifestó que es necesaria la interacción entre los abogados y la justicia con otras instancias de la vida social. “Por ejemplo con la escuela, con los hospitales, a lo mejor ir a la escuela y contar un poquitito cuales son las modificaciones o qué cambios hay en el CCyC, o generar más canales comunicantes entre el mundo de la abogacía o el mundo del derecho y la vida social ajena al derecho, para que a lo mejor pudiera haber canales abiertos de diálogo de comunicación recíproca, porque el peor derecho es el uno no conoce que tiene, porque no lo puede ejercer” manifestó. Propuso que estos espacios sean de diálogo, con el fin de que quien no conoce el Código, pueda generar preguntas para aclarar cuáles son los derechos que efectivamente tiene y cuáles puede requerir.

“Es muy pronto para una reforma del CCyC”

La abogada y doctora en Ciencias Jurídicas, planteó que el problema de la reforma del CCyC es que sea muy próxima a la sanción del Código “Es como sucede cuando uno tiene agua revuelta, es muy difícil sacar la basura, porque esta todo revuelto. Pero si uno deja que las cosas se asienten, entonces es mucho más fácil porque se trata de barrer el fondo. Al final uno deja que caiga el sedimento, entonces limpia el fondo y es más fácil” ejemplificó en referencia a la decisión del gobierno nacional de constituir una Comisión de Reforma del CCyC, con el decreto 182/2018 en marzo de 2018 por un plazo de seis meses.

La Dra. Úrsula Basset destacó a los juristas que integran la comisión, pero aseveró que algunas modificaciones que realizaron no son esenciales y eran innecesarias. “Son excelentes juristas el trabajo es buenísimo, particularmente en familia el trabajo fue muy escaso. Respecto de la oportunidad, yo me inclino a pensar que puede ser muy pronto porque cuando no terminamos de digerir el nuevo Código, digerimos una reforma. Es preferible que la jurisprudencia vaya recogiendo criterios y que esos criterios, que la jurisprudencia reconoce unánimemente se plasmen en reformas, porque entonces va de abajo para arriba, no de arriba para abajo” definió.

Una de las justificaciones para llevar adelante la reforma del CCyC era la falta de claridad en la escritura del Código, que en algunos artículos parecía contradecirse con otros o con los anteriores. La abogada Úrsula Basset afirma que el lenguaje llano que tiene el Código hay que celebrarlo porque era lo que se buscaba, pero por un cierto apuro en la sanción final, faltó corregir. “Es difícil tener un Código perfecto, es como el mapa del cuento de Borges, es decir el mapa perfecto no existe, no existe el Código perfecto, no existe el Código sin errores, porque el Código en última instancia es un instrumento vivo. No es un instrumento que muere con la letra del que lo escribió, sino que es un instrumento que cambia su rostro con las culturas distintas que lo van a vivir, por eso digo que me parece interesante darle un poco de aire al Código para que pueda terminar de escribirse” justificó. Al mismo tiempo comparó esta situación con el Código de Vélez, en el que las confusiones se resolvían por consenso doctrinal, “lo que pasaba es que el tiempo curaba las heridas, el tiempo le iba dando al Código escrito el tiempo de expresarse para convertirse en letra viva y en cultura” sintetizó.

RECUADRO

“La legislación se dirige a un sujeto previsto”

La importancia de debatir sobre las distintas familias que conforman la Argentina, surge porque el Código ha dejado afuera a muchas de ellas, es decir, el CCyC no las contempla. La abogada Basset afirma que “La legislación siempre se dirige a un sujeto previsto, a un interlocutor y ese interlocutor es una persona de clase media, de clase media alta urbana, esa es la realidad, no a situaciones de pobreza, de hacinamiento, de marginación. No están comprendidos porque a lo mejor el código conserva de alguna manera una visión un poco patrimonialista en las relaciones de familia y una relación patrimonialista segmenta” explica.

De esta manera al regular aspectos patrimoniales, los aspectos no patrimoniales quedan por fuera y quienes no tienen dinero o acceso económico no se incorporan en el Código, “entonces en ese sentido hay márgenes de exclusión” expresó y dio un ejemplo en la regulación de la autonomía de la voluntad de los niños “Un niño que tiene 16 años puede tomar una decisión acerca de los tratamientos médicos vitales, un chico que está acompañado, que tiene familia, que tiene medio socioeconómico suficiente para realizar cualquier tratamiento tiene mayor libertad para tomar una decisión que un niño que está abandonado por sus padres, que ha sido a lo mejor abusado que ha sido objeto de tráfico, de algunas otras cuestiones, que tal vez tenga pocas ganas de vivir. Entonces la igualdad real de oportunidades no se da realmente, porque el que tiene libertad es el que está en condiciones de ejercerla y no el que ha sido privado de todas las dignidades y en consecuencia cuando tiene que elegir, no tiene los elementos necesarios para tomar la decisión. Eso respecto de grupos que son marginalmente excluidos porque el legislador se ha imaginado, ha tenido un imaginario que dejó afuera a las situaciones más expuestas” culminó.