El pasado 6 de marzo comenzó la segunda edición del Curso de Práctica Profesional organizado por la Comisión de Nóveles Abogados del Colegio Público de Abogados de Comodoro Rivadavia. Con más de 60 asistentes, la primera jornada estuvo a cargo del Dr. Eduardo De Villafañe quien se refirió a “Honorarios”. El profesional expresó su agradecimiento a la Comisión del CPACR por la invitación para compartir su experiencia con las nuevas camadas de profesionales.
El primer encuentro tuvo por objeto transmitir a los noveles las reglas básicas en materia de honorarios “Conjugado con el honorario mínimo que entendiendo que es una solución legal que protege el honorario profesional y ha sido un avance en relación a la regulación de honorarios establecerlos” expresó el Dr. De Villafañe. Se abordaron las características de la Ley de Aranceles Profesional -que tiene más de 40 años de antigüedad y que tomó como antecedente la Ley 21.839 de la Ley Nacional de aranceles recientemente derogada e incorporó avances o mejoras que ha tenido la ley en estos 40 años. “Propicie la conveniencia de adecuar nuestra ley a las nuevas soluciones que entiendo mejoran y protegen el honorario profesional” explicó el Dr. De Villafañe.
Según De Villafañe los mayores miedos que tienen los noveles al momento de estimar sus honorarios es el desconocimiento; dado que no reciben formación sobre el tema en ninguna universidad “ni desde el punto de vista de la regulación, ni desde la ética profesional con la que guarda relación”. Aseguró que es la práctica profesional la que le permite a los abogados conocer sobre el tema “Muchas veces el acierto y error es el que le permite al abogado conocer no solamente lo que dice la ley, sino el modo en que los tribunales la aplican para tomar las medidas de resguardo o eventualmente colocarse en una posición para obtener la mejor regulación posible”.
¿Puede la abogacía desaparecer?
“Si no cambiamos las actitudes y pensamos en la calidad del servicio al destinatario la abogacía irá desapareciendo” opinó el profesional ante un auditorio colmado de jóvenes profesionales. Es que según él, la abogacía es una profesión de servicio y un modo de obtener resultados, pero en la actualidad los resultados llegan muy tarde a los ciudadanos, es por eso que planteó “Si no logramos conciliar el interés de los ciudadanos que recurren a los tribunales de justicia a través del abogado cuya intervención esta propuesta de forma obligatoria. Cada vez estimo que van a ser menos las personas que recurran a esta instancia, salvo supuestos excepcionales y primarán las vías alternativas, la mediación, la conciliación. El proceso como está concebido con largos trámites, de resultado incierto afectado por la inflación, no es hoy una alternativa, salvo por el obligado al pago. Para la persona interesada en obtener un resultado pronto atendiendo a las realidades cotidianas, no está brindando soluciones adecuadas y oportunas.